domingo, 15 de maio de 2011

EDUARDO RUIZ: UN TESTIMONIO Y UNA NOSTALGIA

Eduardo Ruiz se ha caracterizado siempre por su modestia. Militante socialista muy próximo de esta figura fantástica de la izquierda chilena que fue Clodomiro Almeida, no buscó ninguna figuración en el gobierno de la Unidad Popular. Continuó sus actividades académicas en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Chile y su militancia en el Partido socialista sin exigencias ni pretensiones. En el exterior, como exilado y aún cuando podría volver a Chile, se mantuvo en sus actividades académicas y no quiso participar en este proceso de concesiones a la derecha que fue la Concertación.

De todos los momentos que pasamos juntos me acuerdo de su preocupación permanente con las articulaciones políticas y sobretod, con mucho cariño, su discreta demostración de gusto por el poder sin pretensiones en la embajada de Panamá cuando estábamos exilados (por sinal, en mi propia casa que empresté a la embajada), Éramos más de 300 exilados, primero en los 100 metros cuadrados del local de la embajada y en seguida en los 200 metros de mi casa que todavía no habitara, pues la había comprado recién. En el caos de estos días dependíamos sobretodo del abastecimiento externo para nuestras necesidades. Eduardo se arregló y consiguió controlar la entrada y la distribución de los cigarrillos que los parientes y amigos compraban para sus conocidos. Era el poder extremo en la embajada pues los viciados eran muchos y como siempre obcecados por mantener su vicio sobretodo en una situación tan desesperada. Eduardo decidía su suerte: cuando y cuanto podían fumar según principios igualitarios que en tales circunstancias son siempre fuente de peleas que él consiguió evitar y mantener la paz... Era una ocupación que ejercía con un toque de humor y gozo por el poder que desfrutaba gratuitamente... era una diversión humorada en el medio de tantos sufrimientos y desesperaciones de quienes desconocían qué les reservaba el futuro. De estas que relajan los ambientes tensos...

Son muchos los amigos que se van. Vengo ahora de un restaurante que frecuentaba mi gran amigo Darcy Ribeiro y me senté al lado de una enorme fotografía de Darcy que se murió en 1997. Años terribles en que murieron Betinho (Herbet de Souza), Ruy Mauro Marini, Paulo Freyre, Florestan Fernandes e tantos otros amigos. Ya no más bajo tortura como en los años 60s y 70s. A partir de entonces era la muerte en su misión corriquera. Así se van los compañeros y nos quedamos solos, muy pocos, como testimonios de toda una época...

Un testimonio y un sentimiento de nostalgia...


Este testemunho é uma resposta à este e-mail:

Estimado Theôtonio,
el próximo día 25 de mayo, el Centro de Estudios Latinoamericanos de la UNAM
y la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas celebrarán un acto de
homenaje a Eduardo Ruiz Contardo.
Intervendrá mucha gente de aquí. También se está pretendiendo que, gente de
fuera de México que lo trató en algún momento de su vida, envíe unas líneas
que puedan ser leídas en público. Sugerí tu nombre y la gente se entusiasmó:
¿enviarías algo?
Un abrazo
Juan Agulló

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